Incluye / No incluye
Costos incluidos
- Tiquetes aéreos con impuestos incluidos en la ruta Bogotá – Madrid // Madrid – Bogotá, operados por la aerolínea Avianca, con una pieza de equipaje facturado de hasta 23 kg.
- Alojamiento en hoteles previstos o similares.
- Desayuno diario.
- Entradas en Marruecos en los lugares indicados en el programa.
- Media Pensión en Marruecos.
- Transporte en autocar turístico.
- Traslados aeropuerto - hotel – aeropuerto.
- Visita con guía local en Madrid, Granada, Sevilla y Lisboa.
- Vuelo Lisboa- Casablanca y Casablanca-Madrid (Sujeto disponibilidad y cambios de tarifa).
- Tarjeta de asistencia médica hasta los 69 años con Assist Card, cubrimiento de USD 90.000.
- 2% del fee bancario.
- eSIM limitada*
No incluye
- Maleteros.
- Visados.
- Propinas a guías y conductores.
- Gastos personales.
- Alimentación no descrita.
- Bebidas, refrigerios, etc.
- Asistencia médica para personas mayores de 69 años.
- Traslados que no se especifiquen en itinerario.
- Tours opcionales y actividades durante los días libres.
- Suplementos por eventos o ferias en las ciudades.
- Suplementos por Early Check- in de acuerdo con el hotel.
- Ningún servicio que no esté especificado.
- Los traslados pueden tener un suplemento nocturno y festivos del 20% (20:00-8:00 h).
Itinerarios
DÍA 01. MEDELLÍN - MADRID (viernes)
Cada viaje es un sí profundo a lo desconocido que habita en ti.
Después de un suspiro que mezcla nervios y emoción, tomamos el vuelo que nos conducirá desde América hacia Madrid. El cielo será nuestro primer testigo, mientras atravesamos la noche en busca de esa luz nueva que espera del otro lado del océano. A bordo, el cuerpo se entrega al silencio y la mente empieza a soñar con plazas llenas de historia, sabores por descubrir y emociones por despertar. Noche a bordo, en tránsito hacia el despertar de la aventura.
DÍA 02. MADRID (sábado)
Madrid no se recorre, se siente con el alma abierta.
Al llegar a Madrid, el alma se ensancha. Nos recibe una ciudad vibrante que late con historia y modernidad, con arte en las fachadas y poesía en cada callejuela. Traslado al hotel para descansar, respirar y empezar a saborear el ritmo ibérico, donde el tiempo se vuelve más lento y la vida más intensa. Aprovecha esta jornada para conectarte contigo misma y con el pulso de una ciudad que invita a vivir despacio. Alojamiento y descanso reparador en Madrid.
DÍA 03. MADRID (domingo)
Hay ciudades que no se olvidan porque dejan una huella en el alma.
Después del desayuno, iniciamos un recorrido panorámico que nos sumerge en el corazón palpitante de Madrid. La Plaza de España nos recibe con su imponente monumento a Cervantes, y desde allí nos dejamos guiar por el legado de siglos: la Fuente de Cibeles, símbolo de fuerza femenina; la Puerta de Alcalá, testigo de revoluciones y amores eternos; la elegante Plaza de Oriente, donde el Palacio Real se impone como un guardián del tiempo. Recorreremos también la Ciudad Universitaria, donde la juventud se mezcla con el pensamiento libre. Tarde libre: Opcionalmente, puedes pasear por el bohemio barrio de Malasaña, recorrer los cafés de Chueca o adentrarte en el imponente Museo del Prado para encontrarte con las obras maestras del arte europeo. Si lo prefieres, visita el Parque del Retiro y regálate un momento de paz entre estanques, jardines y estatuas que parecen hablar.
Alojamiento y noche en Madrid, donde cada rincón tiene una historia que contar.
DÍA 04. MADRID · TIERRAS DE QUIJOTE · GRANADA (lunes)
Hay caminos que no se buscan, te encuentran en medio del polvo y la poesía.
Tras el desayuno, dejamos atrás la capital para adentrarnos en los paisajes dorados de Castilla-La Mancha, esa tierra sembrada de molinos y leyendas donde nació el caballero más loco y lúcido de la literatura: Don Quijote. Nuestra primera parada será Tembleque, un encantador pueblo manchego donde los molinos de viento recortan el cielo con dignidad ancestral. Su Plaza Mayor, una joya arquitectónica del barroco popular, parece detenida en el tiempo, como si aún aguardara el paso de Rocinante. Mientras avanzamos por esta ruta cervantina, cada curva del camino evoca las andanzas del hidalgo y su escudero. Este es un viaje hacia el alma española, hacia sus raíces literarias, hacia una locura bella y necesaria. Continuamos hacia el sur, donde el aroma a jazmín y especias anuncia que hemos llegado a Granada. Tierra de agua, música y fuego, esta ciudad fue la joya del reino nazarí y sigue envolviendo a quienes la pisan con un embrujo suave y profundo. Opcionalmente, por la noche puedes sumergirte en el arte jondo con un espectáculo de flamenco en las cuevas del Sacromonte, donde el alma gitana vibra entre palmas, taconeo y quejíos que atraviesan la piel. Alojamiento en Granada. Una noche para dejarse hechizar.
DÍA 05. GRANADA · CÓRDOBA · BENACAZÓN (SEVILLA) (martes)
Andalucía no se explica, se siente como un perfume antiguo que nunca se olvida.
Después de un descanso reparador, despertamos en la tierra de los sultanes. Granada aún guarda celosamente su mayor tesoro: la Alhambra, palacio de ensueño que parece tallado en el aire. Dependiendo de disponibilidad (ver nota importante), puedes optar por recorrer sus salones ornamentados, jardines que susurran leyendas y patios donde el agua canta versos antiguos. Si no accedes a su interior, te propongo una visita panorámica que revela la belleza exterior de esta ciudad mágica: desde el Mirador de San Nicolás hasta el barrio del Albaicín, donde las callejuelas moriscas se enredan como laberintos sensoriales.
Después, seguimos la ruta hacia Córdoba. Llegamos al corazón de Al-Andalus, donde la arquitectura islámica y el alma cristiana conviven en una danza armoniosa. Tiempo libre para perderte entre los callejones blancos del centro histórico, descubrir patios llenos de flores suspendidas y probar un salmorejo andaluz o unas berenjenas con miel en alguna taberna típica.
No dejes de entrar a la Mezquita-Catedral, ese prodigio de columnas infinitas que parece flotar entre mundos. Finalizamos la jornada en Benacazón, a las afueras de Sevilla. Allí, la paz del campo sevillano se funde con el legado histórico. Si el tiempo lo permite, puedes conocer la Ermita de Castilleja de Talhara, un rincón poco conocido de arquitectura mudéjar, declarado tesoro oculto del Aljarafe. Alojamiento y descanso entre naranjos y recuerdos árabes.
** NOTA MUY IMPORTANTE **: El número de personas autorizadas a visitar la Alhambra se encuentra limitado por ley. Si usted quiere visitar la Alhambra, sugerimos adquiera la entrada a través de la página web https://tickets.alhambrapatronato.es/ Quedando a su elección realizar la visita panorámica de la ciudad o entrar a la Alhambra debiendo ser en la primera franja horaria para poder continuar con el programa.
DÍA 06. SEVILLA (BENACAZÓN) (miércoles)
Hay ciudades que bailan, cantan y lloran todo al mismo tiempo. Sevilla es una de ellas.
Después del desayuno, nos dirigimos al corazón palpitante de Andalucía: Sevilla. Realizaremos una visita panorámica por sus rincones más emblemáticos: el Parque de María Luisa, tapizado de sombra, fuentes y aromas; la Plaza de España, un espectáculo de cerámica y arquitectura que abraza la luz; y el Barrio de Santa Cruz, donde cada callejuela es un suspiro de historia, cada reja un poema, cada patio un universo secreto. Tarde libre para vivir la ciudad a tu ritmo.
Opcionalmente, puedes realizar un paseo en barco por el río Guadalquivir, navegando entre puentes, torres y leyendas. También puedes explorar el Real Alcázar, un palacio de ensueño donde los jardines parecen susurrar historias de reyes y poetas. O simplemente sentarte en una terraza del barrio de Triana a probar una tapa de carrillada ibérica mientras escuchas una guitarra que se escapa de alguna ventana.
Por la noche, como tour opcional, te invitamos a sumergirte en una noche folclórica andaluza, donde el flamenco se convierte en rito, el vino en canto, y la emoción en piel erizada. Alojamiento en Benacazón. Noche de suspiros andaluces.
DÍA 07. BENACAZÓN · ÉVORA · LISBOA (jueves)
Hay pueblos que son umbrales… cruzarlos es como abrir una puerta al alma antigua del mundo.
Tras un despertar sereno entre los campos de Sevilla, emprendemos el camino hacia Portugal. En la frontera, el silencio del paisaje anuncia un cambio de ritmo, de idioma, de energía. Atravesamos Monsaraz, un rincón medieval suspendido sobre colinas suaves, donde las murallas de piedra abrazan vistas infinitas del Alentejo. El tiempo aquí parece andar descalzo, en silencio.
Llegamos luego a Évora, ciudad amurallada de alma romana y espíritu mágico. Aquí se mezclan templos antiguos, calles empedradas, aromas a pan de centeno y encaje de buganvillas en las ventanas. Tendrás tiempo libre para pasear, detenerte en sus plazas o, si así lo deseas, visitar la Capilla de los Huesos, un lugar tan sobrecogedor como bello, donde miles de calaveras y restos humanos recuerdan la efímera belleza de la vida. A unos pasos, la Iglesia de San Francisco extiende su manto barroco y luminoso.
Opcionalmente, puedes recorrer el Templo de Diana, caminar por la Rua 5 de Outubro o sentarte en un café local a probar el vino de Borba y el queso de oveja con pan rústico.
En la tarde, retomamos el viaje hacia Lisboa, la ciudad de las siete colinas y los atardeceres que se funden en el Tajo. Alojamiento en Lisboa, donde la luz tiene acento portugués.
DÍA 08. LISBOA (viernes)
Lisboa no se visita, se habita con el corazón en la mano.
Después del desayuno, salimos a recorrer los encantos de la capital portuguesa. Nuestra visita panorámica nos conduce por la historia viva de esta ciudad melancólica y luminosa: el Barrio de Belém, con su Torre frente al río y el imponente Monasterio de los Jerónimos, donde el eco de los navegantes aún vibra en las piedras. Es aquí donde partieron las carabelas hacia lo desconocido, y es aquí donde aún se siente la nostalgia de los fados no cantados. No dejes de probar el célebre pastel de nata, recién horneado, en alguna pastelería tradicional como Pastéis de Belém. Tarde libre para explorar. Opcionalmente, puedes realizar una excursión a Sintra, el pueblo de los poetas y de los palacios de cuento, donde el Palacio da Pena emerge entre la niebla como un sueño romántico. El recorrido puede continuar por la elegante Cascáis y Estoril, con sus playas, tiendas, cafés junto al mar y espíritu sofisticado. Por la noche, si deseas, puedes asistir a un espectáculo folclórico en el Barrio Alto, donde las casas de azulejo guardan secretos y las voces de los fadistas acarician las penas con ternura. Alojamiento en Lisboa. Noche de saudade y suspiros.
DÍA 09. LISBOA · CASABLANCA (sábado)
A veces un nuevo continente empieza con un nuevo aliento.
Tras el desayuno, nos dirigimos al aeropuerto para tomar el vuelo hacia Marruecos. Cambiamos de idioma, de música, de aromas. Llegamos a Casablanca, ciudad costera donde el Atlántico besa las mezquitas y el sol acaricia los edificios blancos. Tras los trámites de llegada, nos dirigimos al hotel para comenzar a integrarnos en la cadencia africana: una mezcla deliciosa de modernidad y tradición.
Opcionalmente, puedes pasear por la Corniche, el paseo marítimo de la ciudad, ver el sol esconderse tras la Mezquita Hassan II o probar una harira caliente con pan moruno en alguno de sus cafés frente al mar. Cena incluida y alojamiento en Casablanca. Noche bajo estrellas marroquíes.
DÍA 10. CASABLANCA · MEKNES · FEZ (domingo)
Marruecos se camina con los ojos abiertos y el alma despierta.
Tras el desayuno, abrimos las puertas de Casablanca, capital económica del país y símbolo de un Marruecos moderno que respira elegancia y memoria. Recorremos el distrito de Habous, mezcla armoniosa de lo colonial y lo tradicional; nos detenemos frente al imponente Palacio Real y cruzamos la Plaza Mohamed V, corazón vibrante de la ciudad. Desde el barrio residencial de Anfa admiramos una Casablanca más contemporánea y llegamos al exterior de la majestuosa Mezquita Hassan II, que se eleva entre el cielo y el mar como un canto de fe tallado en mármol.
Ponemos rumbo hacia el interior del país y nos detenemos en Meknes, antigua capital del sultán Mulay Ismail. Sus murallas interminables —de más de 40 kilómetros— nos envuelven con una sensación de grandiosidad. Caminamos hasta la puerta Bab Mansour, considerada una de las más bellas del norte de África, decorada con zellige verde y columnas romanas. Opcionalmente, puedes visitar los establos reales, que albergaban miles de caballos árabes, o recorrer el barrio judío con su historia silenciosa y sus balcones de hierro forjado.
Almuerzo opcional en un Riad tradicional o restaurante con cocina fusión marroquí.
En ruta hacia Fez, nos detenemos para una vista panorámica de Moulay Idriss, ciudad santa donde reposa el fundador del Islam en Marruecos. Muy cerca, exploramos las ruinas romanas de Volubilis, declaradas Patrimonio de la Humanidad, entre columnas caídas, mosaicos intactos y vestigios que hablan en latín y en viento. Llegada a Fez, ciudad sagrada y espiritual del país. Cena incluida y alojamiento en un hotel tradicional o Riad, donde la noche perfuma a menta y silencio.
DÍA 11. FEZ (lunes)
Hay ciudades que no solo se recorren, se recuerdan como un sueño con los ojos abiertos.
Después del desayuno, nos sumergimos en el corazón más profundo de Marruecos: la medina de Fez, laberinto milenario donde la historia no está escrita en libros, sino en piedras, aromas y voces. Visitamos las Medersas Attarine y Bou Anania, antiguas escuelas coránicas con detalles exquisitos en madera tallada y azulejos. Nos detenemos frente a la Fuente Nejjarine, donde el arte se mezcla con el frescor del agua, y visitamos el Mausoleo de Moulay Idriss, alma fundadora de esta ciudad sagrada. Frente a la Mezquita de Karaouine —una de las más antiguas del mundo islámico— sentiremos la vibración de siglos de sabiduría.
Almuerzo opcional en un restaurante dentro de la medina: una experiencia inmersiva de sabores que podrían incluir tajines de cordero con ciruelas, couscous perfumado con azafrán o pastillas de pollo dulce. Por la tarde, continuamos la visita por los zocos, donde los artesanos trabajan cuero, metal y tejidos como en siglos pasados. Nos perdemos entre callejones que huelen a cuero recién curtido, a especias cálidas, a pan recién horneado. Cruzamos hacia Fez el-Jdid, la ciudad nueva, donde la vida moderna se mezcla con las tradiciones. Cena incluida y alojamiento en Fez, bajo un cielo donde las estrellas parecen más cercanas.
DÍA 12. FEZ · RABAT · MARRAKECH (martes)
En cada frontera del alma, nace una nueva mirada.
Después de un descanso profundo, emprendemos el viaje hacia Rabat, capital política y símbolo de elegancia sobria. Allí, visitamos el Palacio Real (Mechouar), rodeado de jardines cuidados con precisión, y rendimos homenaje en el Mausoleo de Mohamed V, joya arquitectónica decorada con mármol blanco y zelliges multicolores. Frente a la Torre Hassan, minarete inacabado que sueña con tocar el cielo, sentimos la solemnidad de una ciudad que honra el pasado mirando al futuro.
Almuerzo opcional con menú marino en un restaurante cercano al mar, donde los pescados a la parrilla y las ensaladas con naranja y aceitunas negras evocan la frescura atlántica.
Continuamos viaje hacia Marrakech, la joya del sur, la ciudad roja que nos espera con los brazos abiertos y los sentidos encendidos.
Llegada, cena incluida y alojamiento. La noche en Marrakech es como un susurro que invita a perderse.
Perfecto, Tatiana. Sigamos entonces con los Días 13 al 15, adentrándonos en el alma palpitante de Marrakech, entre jardines, palacios, zocos y emociones que se tejen como alfombras bajo el sol rojo de Marruecos. Como siempre, con frases inspiracionales, narrativa sensorial y propuestas opcionales que expanden la experiencia sin alterar el programa original.
DÍA 13. MARRAKECH (miércoles)
Algunas ciudades no se miran, se respiran... y Marrakech es pura inhalación de vida.
Después del desayuno, nos espera un día intenso y vibrante en la que quizás sea la ciudad más fascinante del norte de África. Marrakech, con sus muros color ocre y sus puertas labradas, nos abre el alma. Iniciamos la jornada recorriendo los serenos Jardines de la Menara, donde un estanque refleja las montañas del Atlas y las palmeras susurran secretos antiguos. Visitamos el Palacio Bahía, un paraíso de patios, celosías, mosaicos y fuentes que parece tejido para la contemplación. Frente a la Koutoubia, el minarete que domina la ciudad, sentimos el latido de los siglos. Nos detenemos también en el Museo Dar Si Said, hogar de la memoria marroquí, con sus alfombras, joyas y objetos que narran la historia viva del pueblo bereber. Almuerzo incluido en el hotel, donde los sabores especiados se mezclan con el murmullo del té de menta.
Por la tarde, nos adentramos en los zocos: un laberinto aromático de especias, tejidos, lámparas de cobre, perfumes, cuero trabajado a mano y mil maravillas más. Aquí todo es tacto, color, regateo y sonrisa. Cruzamos calles llenas de sorpresas hasta desembocar en la Plaza Jemaa el Fna, corazón palpitante de la ciudad. Músicos gnawa, contadores de historias, encantadores de serpientes, puestos de jugo de naranja... Marrakech vibra al ritmo del asombro. Opcionalmente, puedes terminar el día con una cena espectáculo en un palacio tradicional, donde danzas, luces y música acompañan un festín digno de las mil y una noches. Alojamiento en Marrakech. Que la noche te encuentre danzando entre sueños.
DÍA 14. MARRAKECH (jueves)
El arte de perderse es también el arte de encontrarse en otro ritmo.
Tras el desayuno, el día es completamente libre para que explores Marrakech a tu medida, a tu intuición, a tu antojo.
Opcionalmente, puedes vivir experiencias únicas como: Visitar los Jardines Majorelle, un oasis creado por el pintor Jacques Majorelle y restaurado por Yves Saint Laurent, donde el azul cobalto abraza cactus, bambúes y fuentes. Disfrutar de un hammam tradicional, con rituales ancestrales de vapor, aceites, exfoliaciones y silencio purificador. Tomar una clase de cocina marroquí, desde el zoco hasta la mesa, para aprender los secretos del tajine, el té y las especias.
Explorar el Museo de Marrakech o la Maison de la Photographie, joyas culturales escondidas entre callejuelas. Dedicar la tarde al shopping en tiendas de diseño marroquí contemporáneo, donde tradición y modernidad se abrazan. Almuerzo opcional en un restaurante con terraza sobre la plaza.
Cena incluida y alojamiento en Marrakech.
DÍA 15. MARRAKECH · CASABLANCA (viernes)
Todo viaje tiene un punto en que el corazón quiere quedarse... y la vida nos llama a seguir.
Después de un descanso profundo, tomamos el desayuno y emprendemos la ruta de regreso a Casablanca, cerrando así este círculo de descubrimiento entre desiertos y palacios, zocos y jardines.
A la llegada, almuerzo incluido en el hotel. Luego, tendrás la tarde libre para disfrutar a tu aire.
Opcionalmente, puedes: Pasear nuevamente por la Corniche frente al Atlántico, con su aire elegante y moderno. Visitar el centro comercial Morocco Mall, uno de los más grandes de África, ideal para compras de última hora. Sentarte a observar el atardecer desde la terraza del Rick’s Café, el mítico bar de la película Casablanca. Explorar la medina vieja para encontrar algún objeto único, una alfombra, una lámpara, un recuerdo que hable de ti. Cena opcional en restaurante y alojamiento en Casablanca.
DÍA 16. CASABLANCA · MADRID (sábado)
Al partir, algo en ti ya no es el mismo... y eso es el mayor regalo del viaje.
Después del desayuno, con el alma colmada de colores, sabores, miradas y silencios, nos despedimos de Marruecos. Traslado al aeropuerto para volar de regreso a Europa. La transición es suave, como quien se prepara para volver a casa con el corazón expandido.
Llegada a Madrid. Al aterrizar, la ciudad nos abraza de nuevo, como un viejo amigo que nos espera sin prisa. Traslado al hotel y tiempo para descansar o dar un último paseo por sus calles llenas de vida. Opcionalmente, puedes salir a recorrer la Gran Vía con sus luces y teatros, visitar el Mercado de San Miguel para saborear una copa de vino y unas tapas, o simplemente sentarte en una terraza en la Plaza Mayor y dejar que la ciudad te despida con un susurro elegante. Alojamiento en Madrid. Última noche para abrazar lo vivido.
DÍA 17. MADRID - MEDELLÍN (domingo)
No se regresa al mismo lugar… se regresa siendo otro.
Tras el desayuno, traslado al aeropuerto. Volvemos a casa con la maleta llena de recuerdos, pero sobre todo con una nueva forma de mirar. Lo vivido en España, Portugal y Marruecos ya es parte de ti: los jardines secretos de Marrakech, la poesía de Lisboa, el arte andalusí, los sabores del Alentejo, el canto del muecín y el flamenco entre sombras. Te llevas un viaje, sí… pero también te llevas una transformación. Vuelo de regreso a América. Hasta pronto.
DÍA 01. BOGOTÁ - MADRID (viernes)
Cada viaje es un sí profundo a lo desconocido que habita en ti.
Después de un suspiro que mezcla nervios y emoción, tomamos el vuelo que nos conducirá desde América hacia Madrid. El cielo será nuestro primer testigo, mientras atravesamos la noche en busca de esa luz nueva que espera del otro lado del océano. A bordo, el cuerpo se entrega al silencio y la mente empieza a soñar con plazas llenas de historia, sabores por descubrir y emociones por despertar. Noche a bordo, en tránsito hacia el despertar de la aventura.
DÍA 02. MADRID (sábado)
Madrid no se recorre, se siente con el alma abierta.
Al llegar a Madrid, el alma se ensancha. Nos recibe una ciudad vibrante que late con historia y modernidad, con arte en las fachadas y poesía en cada callejuela. Traslado al hotel para descansar, respirar y empezar a saborear el ritmo ibérico, donde el tiempo se vuelve más lento y la vida más intensa. Aprovecha esta jornada para conectarte contigo misma y con el pulso de una ciudad que invita a vivir despacio. Alojamiento y descanso reparador en Madrid.
DÍA 03. MADRID (domingo)
Hay ciudades que no se olvidan porque dejan una huella en el alma.
Después del desayuno, iniciamos un recorrido panorámico que nos sumerge en el corazón palpitante de Madrid. La Plaza de España nos recibe con su imponente monumento a Cervantes, y desde allí nos dejamos guiar por el legado de siglos: la Fuente de Cibeles, símbolo de fuerza femenina; la Puerta de Alcalá, testigo de revoluciones y amores eternos; la elegante Plaza de Oriente, donde el Palacio Real se impone como un guardián del tiempo. Recorreremos también la Ciudad Universitaria, donde la juventud se mezcla con el pensamiento libre. Tarde libre: Opcionalmente, puedes pasear por el bohemio barrio de Malasaña, recorrer los cafés de Chueca o adentrarte en el imponente Museo del Prado para encontrarte con las obras maestras del arte europeo. Si lo prefieres, visita el Parque del Retiro y regálate un momento de paz entre estanques, jardines y estatuas que parecen hablar.
Alojamiento y noche en Madrid, donde cada rincón tiene una historia que contar.
DÍA 04. MADRID · TIERRAS DE QUIJOTE · GRANADA (lunes)
Hay caminos que no se buscan, te encuentran en medio del polvo y la poesía.
Tras el desayuno, dejamos atrás la capital para adentrarnos en los paisajes dorados de Castilla-La Mancha, esa tierra sembrada de molinos y leyendas donde nació el caballero más loco y lúcido de la literatura: Don Quijote. Nuestra primera parada será Tembleque, un encantador pueblo manchego donde los molinos de viento recortan el cielo con dignidad ancestral. Su Plaza Mayor, una joya arquitectónica del barroco popular, parece detenida en el tiempo, como si aún aguardara el paso de Rocinante. Mientras avanzamos por esta ruta cervantina, cada curva del camino evoca las andanzas del hidalgo y su escudero. Este es un viaje hacia el alma española, hacia sus raíces literarias, hacia una locura bella y necesaria. Continuamos hacia el sur, donde el aroma a jazmín y especias anuncia que hemos llegado a Granada. Tierra de agua, música y fuego, esta ciudad fue la joya del reino nazarí y sigue envolviendo a quienes la pisan con un embrujo suave y profundo. Opcionalmente, por la noche puedes sumergirte en el arte jondo con un espectáculo de flamenco en las cuevas del Sacromonte, donde el alma gitana vibra entre palmas, taconeo y quejíos que atraviesan la piel. Alojamiento en Granada. Una noche para dejarse hechizar.
DÍA 05. GRANADA · CÓRDOBA · BENACAZÓN (SEVILLA) (martes)
Andalucía no se explica, se siente como un perfume antiguo que nunca se olvida.
Después de un descanso reparador, despertamos en la tierra de los sultanes. Granada aún guarda celosamente su mayor tesoro: la Alhambra, palacio de ensueño que parece tallado en el aire. Dependiendo de disponibilidad (ver nota importante), puedes optar por recorrer sus salones ornamentados, jardines que susurran leyendas y patios donde el agua canta versos antiguos. Si no accedes a su interior, te propongo una visita panorámica que revela la belleza exterior de esta ciudad mágica: desde el Mirador de San Nicolás hasta el barrio del Albaicín, donde las callejuelas moriscas se enredan como laberintos sensoriales.
Después, seguimos la ruta hacia Córdoba. Llegamos al corazón de Al-Andalus, donde la arquitectura islámica y el alma cristiana conviven en una danza armoniosa. Tiempo libre para perderte entre los callejones blancos del centro histórico, descubrir patios llenos de flores suspendidas y probar un salmorejo andaluz o unas berenjenas con miel en alguna taberna típica.
No dejes de entrar a la Mezquita-Catedral, ese prodigio de columnas infinitas que parece flotar entre mundos. Finalizamos la jornada en Benacazón, a las afueras de Sevilla. Allí, la paz del campo sevillano se funde con el legado histórico. Si el tiempo lo permite, puedes conocer la Ermita de Castilleja de Talhara, un rincón poco conocido de arquitectura mudéjar, declarado tesoro oculto del Aljarafe. Alojamiento y descanso entre naranjos y recuerdos árabes.
** NOTA MUY IMPORTANTE **: El número de personas autorizadas a visitar la Alhambra se encuentra limitado por ley. Si usted quiere visitar la Alhambra, sugerimos adquiera la entrada a través de la página web https://tickets.alhambrapatronato.es/ Quedando a su elección realizar la visita panorámica de la ciudad o entrar a la Alhambra debiendo ser en la primera franja horaria para poder continuar con el programa.
DÍA 06. SEVILLA (BENACAZÓN) (miércoles)
Hay ciudades que bailan, cantan y lloran todo al mismo tiempo. Sevilla es una de ellas.
Después del desayuno, nos dirigimos al corazón palpitante de Andalucía: Sevilla. Realizaremos una visita panorámica por sus rincones más emblemáticos: el Parque de María Luisa, tapizado de sombra, fuentes y aromas; la Plaza de España, un espectáculo de cerámica y arquitectura que abraza la luz; y el Barrio de Santa Cruz, donde cada callejuela es un suspiro de historia, cada reja un poema, cada patio un universo secreto. Tarde libre para vivir la ciudad a tu ritmo.
Opcionalmente, puedes realizar un paseo en barco por el río Guadalquivir, navegando entre puentes, torres y leyendas. También puedes explorar el Real Alcázar, un palacio de ensueño donde los jardines parecen susurrar historias de reyes y poetas. O simplemente sentarte en una terraza del barrio de Triana a probar una tapa de carrillada ibérica mientras escuchas una guitarra que se escapa de alguna ventana.
Por la noche, como tour opcional, te invitamos a sumergirte en una noche folclórica andaluza, donde el flamenco se convierte en rito, el vino en canto, y la emoción en piel erizada. Alojamiento en Benacazón. Noche de suspiros andaluces.
DÍA 07. BENACAZÓN · ÉVORA · LISBOA (jueves)
Hay pueblos que son umbrales… cruzarlos es como abrir una puerta al alma antigua del mundo.
Tras un despertar sereno entre los campos de Sevilla, emprendemos el camino hacia Portugal. En la frontera, el silencio del paisaje anuncia un cambio de ritmo, de idioma, de energía. Atravesamos Monsaraz, un rincón medieval suspendido sobre colinas suaves, donde las murallas de piedra abrazan vistas infinitas del Alentejo. El tiempo aquí parece andar descalzo, en silencio.
Llegamos luego a Évora, ciudad amurallada de alma romana y espíritu mágico. Aquí se mezclan templos antiguos, calles empedradas, aromas a pan de centeno y encaje de buganvillas en las ventanas. Tendrás tiempo libre para pasear, detenerte en sus plazas o, si así lo deseas, visitar la Capilla de los Huesos, un lugar tan sobrecogedor como bello, donde miles de calaveras y restos humanos recuerdan la efímera belleza de la vida. A unos pasos, la Iglesia de San Francisco extiende su manto barroco y luminoso.
Opcionalmente, puedes recorrer el Templo de Diana, caminar por la Rua 5 de Outubro o sentarte en un café local a probar el vino de Borba y el queso de oveja con pan rústico.
En la tarde, retomamos el viaje hacia Lisboa, la ciudad de las siete colinas y los atardeceres que se funden en el Tajo. Alojamiento en Lisboa, donde la luz tiene acento portugués.
DÍA 08. LISBOA (viernes)
Lisboa no se visita, se habita con el corazón en la mano.
Después del desayuno, salimos a recorrer los encantos de la capital portuguesa. Nuestra visita panorámica nos conduce por la historia viva de esta ciudad melancólica y luminosa: el Barrio de Belém, con su Torre frente al río y el imponente Monasterio de los Jerónimos, donde el eco de los navegantes aún vibra en las piedras. Es aquí donde partieron las carabelas hacia lo desconocido, y es aquí donde aún se siente la nostalgia de los fados no cantados. No dejes de probar el célebre pastel de nata, recién horneado, en alguna pastelería tradicional como Pastéis de Belém. Tarde libre para explorar. Opcionalmente, puedes realizar una excursión a Sintra, el pueblo de los poetas y de los palacios de cuento, donde el Palacio da Pena emerge entre la niebla como un sueño romántico. El recorrido puede continuar por la elegante Cascáis y Estoril, con sus playas, tiendas, cafés junto al mar y espíritu sofisticado. Por la noche, si deseas, puedes asistir a un espectáculo folclórico en el Barrio Alto, donde las casas de azulejo guardan secretos y las voces de los fadistas acarician las penas con ternura. Alojamiento en Lisboa. Noche de saudade y suspiros.
DÍA 09. LISBOA · CASABLANCA (sábado)
A veces un nuevo continente empieza con un nuevo aliento.
Tras el desayuno, nos dirigimos al aeropuerto para tomar el vuelo hacia Marruecos. Cambiamos de idioma, de música, de aromas. Llegamos a Casablanca, ciudad costera donde el Atlántico besa las mezquitas y el sol acaricia los edificios blancos. Tras los trámites de llegada, nos dirigimos al hotel para comenzar a integrarnos en la cadencia africana: una mezcla deliciosa de modernidad y tradición.
Opcionalmente, puedes pasear por la Corniche, el paseo marítimo de la ciudad, ver el sol esconderse tras la Mezquita Hassan II o probar una harira caliente con pan moruno en alguno de sus cafés frente al mar. Cena incluida y alojamiento en Casablanca. Noche bajo estrellas marroquíes.
DÍA 10. CASABLANCA · MEKNES · FEZ (domingo)
Marruecos se camina con los ojos abiertos y el alma despierta.
Tras el desayuno, abrimos las puertas de Casablanca, capital económica del país y símbolo de un Marruecos moderno que respira elegancia y memoria. Recorremos el distrito de Habous, mezcla armoniosa de lo colonial y lo tradicional; nos detenemos frente al imponente Palacio Real y cruzamos la Plaza Mohamed V, corazón vibrante de la ciudad. Desde el barrio residencial de Anfa admiramos una Casablanca más contemporánea y llegamos al exterior de la majestuosa Mezquita Hassan II, que se eleva entre el cielo y el mar como un canto de fe tallado en mármol.
Ponemos rumbo hacia el interior del país y nos detenemos en Meknes, antigua capital del sultán Mulay Ismail. Sus murallas interminables —de más de 40 kilómetros— nos envuelven con una sensación de grandiosidad. Caminamos hasta la puerta Bab Mansour, considerada una de las más bellas del norte de África, decorada con zellige verde y columnas romanas. Opcionalmente, puedes visitar los establos reales, que albergaban miles de caballos árabes, o recorrer el barrio judío con su historia silenciosa y sus balcones de hierro forjado.
Almuerzo opcional en un Riad tradicional o restaurante con cocina fusión marroquí.
En ruta hacia Fez, nos detenemos para una vista panorámica de Moulay Idriss, ciudad santa donde reposa el fundador del Islam en Marruecos. Muy cerca, exploramos las ruinas romanas de Volubilis, declaradas Patrimonio de la Humanidad, entre columnas caídas, mosaicos intactos y vestigios que hablan en latín y en viento. Llegada a Fez, ciudad sagrada y espiritual del país. Cena incluida y alojamiento en un hotel tradicional o Riad, donde la noche perfuma a menta y silencio.
DÍA 11. FEZ (lunes)
Hay ciudades que no solo se recorren, se recuerdan como un sueño con los ojos abiertos.
Después del desayuno, nos sumergimos en el corazón más profundo de Marruecos: la medina de Fez, laberinto milenario donde la historia no está escrita en libros, sino en piedras, aromas y voces. Visitamos las Medersas Attarine y Bou Anania, antiguas escuelas coránicas con detalles exquisitos en madera tallada y azulejos. Nos detenemos frente a la Fuente Nejjarine, donde el arte se mezcla con el frescor del agua, y visitamos el Mausoleo de Moulay Idriss, alma fundadora de esta ciudad sagrada. Frente a la Mezquita de Karaouine —una de las más antiguas del mundo islámico— sentiremos la vibración de siglos de sabiduría.
Almuerzo opcional en un restaurante dentro de la medina: una experiencia inmersiva de sabores que podrían incluir tajines de cordero con ciruelas, couscous perfumado con azafrán o pastillas de pollo dulce. Por la tarde, continuamos la visita por los zocos, donde los artesanos trabajan cuero, metal y tejidos como en siglos pasados. Nos perdemos entre callejones que huelen a cuero recién curtido, a especias cálidas, a pan recién horneado. Cruzamos hacia Fez el-Jdid, la ciudad nueva, donde la vida moderna se mezcla con las tradiciones. Cena incluida y alojamiento en Fez, bajo un cielo donde las estrellas parecen más cercanas.
DÍA 12. FEZ · RABAT · MARRAKECH (martes)
En cada frontera del alma, nace una nueva mirada.
Después de un descanso profundo, emprendemos el viaje hacia Rabat, capital política y símbolo de elegancia sobria. Allí, visitamos el Palacio Real (Mechouar), rodeado de jardines cuidados con precisión, y rendimos homenaje en el Mausoleo de Mohamed V, joya arquitectónica decorada con mármol blanco y zelliges multicolores. Frente a la Torre Hassan, minarete inacabado que sueña con tocar el cielo, sentimos la solemnidad de una ciudad que honra el pasado mirando al futuro.
Almuerzo opcional con menú marino en un restaurante cercano al mar, donde los pescados a la parrilla y las ensaladas con naranja y aceitunas negras evocan la frescura atlántica.
Continuamos viaje hacia Marrakech, la joya del sur, la ciudad roja que nos espera con los brazos abiertos y los sentidos encendidos.
Llegada, cena incluida y alojamiento. La noche en Marrakech es como un susurro que invita a perderse.
Perfecto, Tatiana. Sigamos entonces con los Días 13 al 15, adentrándonos en el alma palpitante de Marrakech, entre jardines, palacios, zocos y emociones que se tejen como alfombras bajo el sol rojo de Marruecos. Como siempre, con frases inspiracionales, narrativa sensorial y propuestas opcionales que expanden la experiencia sin alterar el programa original.
DÍA 13. MARRAKECH (miércoles)
Algunas ciudades no se miran, se respiran... y Marrakech es pura inhalación de vida.
Después del desayuno, nos espera un día intenso y vibrante en la que quizás sea la ciudad más fascinante del norte de África. Marrakech, con sus muros color ocre y sus puertas labradas, nos abre el alma. Iniciamos la jornada recorriendo los serenos Jardines de la Menara, donde un estanque refleja las montañas del Atlas y las palmeras susurran secretos antiguos. Visitamos el Palacio Bahía, un paraíso de patios, celosías, mosaicos y fuentes que parece tejido para la contemplación. Frente a la Koutoubia, el minarete que domina la ciudad, sentimos el latido de los siglos. Nos detenemos también en el Museo Dar Si Said, hogar de la memoria marroquí, con sus alfombras, joyas y objetos que narran la historia viva del pueblo bereber. Almuerzo incluido en el hotel, donde los sabores especiados se mezclan con el murmullo del té de menta.
Por la tarde, nos adentramos en los zocos: un laberinto aromático de especias, tejidos, lámparas de cobre, perfumes, cuero trabajado a mano y mil maravillas más. Aquí todo es tacto, color, regateo y sonrisa. Cruzamos calles llenas de sorpresas hasta desembocar en la Plaza Jemaa el Fna, corazón palpitante de la ciudad. Músicos gnawa, contadores de historias, encantadores de serpientes, puestos de jugo de naranja... Marrakech vibra al ritmo del asombro. Opcionalmente, puedes terminar el día con una cena espectáculo en un palacio tradicional, donde danzas, luces y música acompañan un festín digno de las mil y una noches. Alojamiento en Marrakech. Que la noche te encuentre danzando entre sueños.
DÍA 14. MARRAKECH (jueves)
El arte de perderse es también el arte de encontrarse en otro ritmo.
Tras el desayuno, el día es completamente libre para que explores Marrakech a tu medida, a tu intuición, a tu antojo.
Opcionalmente, puedes vivir experiencias únicas como: Visitar los Jardines Majorelle, un oasis creado por el pintor Jacques Majorelle y restaurado por Yves Saint Laurent, donde el azul cobalto abraza cactus, bambúes y fuentes. Disfrutar de un hammam tradicional, con rituales ancestrales de vapor, aceites, exfoliaciones y silencio purificador. Tomar una clase de cocina marroquí, desde el zoco hasta la mesa, para aprender los secretos del tajine, el té y las especias.
Explorar el Museo de Marrakech o la Maison de la Photographie, joyas culturales escondidas entre callejuelas. Dedicar la tarde al shopping en tiendas de diseño marroquí contemporáneo, donde tradición y modernidad se abrazan. Almuerzo opcional en un restaurante con terraza sobre la plaza.
Cena incluida y alojamiento en Marrakech.
DÍA 15. MARRAKECH · CASABLANCA (viernes)
Todo viaje tiene un punto en que el corazón quiere quedarse... y la vida nos llama a seguir.
Después de un descanso profundo, tomamos el desayuno y emprendemos la ruta de regreso a Casablanca, cerrando así este círculo de descubrimiento entre desiertos y palacios, zocos y jardines.
A la llegada, almuerzo incluido en el hotel. Luego, tendrás la tarde libre para disfrutar a tu aire.
Opcionalmente, puedes: Pasear nuevamente por la Corniche frente al Atlántico, con su aire elegante y moderno. Visitar el centro comercial Morocco Mall, uno de los más grandes de África, ideal para compras de última hora. Sentarte a observar el atardecer desde la terraza del Rick’s Café, el mítico bar de la película Casablanca. Explorar la medina vieja para encontrar algún objeto único, una alfombra, una lámpara, un recuerdo que hable de ti. Cena opcional en restaurante y alojamiento en Casablanca.
DÍA 16. CASABLANCA · MADRID (sábado)
Al partir, algo en ti ya no es el mismo... y eso es el mayor regalo del viaje.
Después del desayuno, con el alma colmada de colores, sabores, miradas y silencios, nos despedimos de Marruecos. Traslado al aeropuerto para volar de regreso a Europa. La transición es suave, como quien se prepara para volver a casa con el corazón expandido.
Llegada a Madrid. Al aterrizar, la ciudad nos abraza de nuevo, como un viejo amigo que nos espera sin prisa. Traslado al hotel y tiempo para descansar o dar un último paseo por sus calles llenas de vida. Opcionalmente, puedes salir a recorrer la Gran Vía con sus luces y teatros, visitar el Mercado de San Miguel para saborear una copa de vino y unas tapas, o simplemente sentarte en una terraza en la Plaza Mayor y dejar que la ciudad te despida con un susurro elegante. Alojamiento en Madrid. Última noche para abrazar lo vivido.
DÍA 17. MADRID - BOGOTÁ (domingo)
No se regresa al mismo lugar… se regresa siendo otro.
Tras el desayuno, traslado al aeropuerto. Volvemos a casa con la maleta llena de recuerdos, pero sobre todo con una nueva forma de mirar. Lo vivido en España, Portugal y Marruecos ya es parte de ti: los jardines secretos de Marrakech, la poesía de Lisboa, el arte andalusí, los sabores del Alentejo, el canto del muecín y el flamenco entre sombras. Te llevas un viaje, sí… pero también te llevas una transformación. Vuelo de regreso a América. Hasta pronto.